"Mientras el sabio señala hacia la luna, el tonto se fija en el dedo" decía Glucksmann, citando a la sabiduría ancestral, en "Occidente contra Occidente".
Quizá el sabio señale no hacia la sensual Selene, sino hacia el violento Marte, con lo que el necio aún verá menos la inmensidad de lo señalado y más al pequeño apéndice que señala, que se le antojará desproporcionado con respecto a su objetivo. De hecho podrá darse el caso de que el bobo no vea en absoluto lo señalado, y mire perplejo el dedo y se pregunte, o incluso pregunte a quien señala con este, porque tiene el brazo en alto, y el dedo desplegado, apuntando al inmenso y envolvente cielo. E incluso habrá idiotas que increpen al sabio, y le tachen de loco rabioso, de estúpido, de mentiroso, de paranoico que ve estrellas y planetas donde solamente hay un espacio vacío e infinito.
Pero leamos, leamos el escrito del estrecho colaborador de Ben Laden, Abu Ubeid Al-Qurashi, escrito como respuesta a unas declaraciones televisivas de un ulema, en las que este último instaba a no luchar contra los EEUU.
El artículo de Al Qurashi es una luz brillante en el firmamento, una estrella rutilante que ilumina hasta al más imbécil acerca de lo que Al Qaeda es y busca, y del juego en el que quiere hacer entrar a un Occidente desmembrado y moralmente inerme.
Causa sorpresa actualmente el grado de derrotismo moral que ha penetrado en el núcleo de la nación islámica. A decir verdad, no deja de crecer dado que los primeros en verse afectados por él son algunos clérigos...Uno de ellos expresó sus opiniones sobre la reciente ofensiva de EEUU en un canal de televisión por satélite y explicó, recurriendo a algunas acusaciones falsas, la disminución del apoyo árabe y musulmán para con los combatientes del Islam. Lo que me llamó la atención fueron sus declaraciones afirmando que había un desequilibrio entre las fuerzas de los Combatientes del Islam y las de EEUU y sus aliados, y que debido a esta causa no se podía plantear la yihad ni existían razones para apoyarla...Estas palabras dejan de manifiesto la ignorancia de los que las pronuncian en términos de su desconocimiento de la ley islámica, primero, así como en lo relativo a la historia contemporánea y a los análisis militares realizados en el seno del mundo occidental....En 1989, algunos expertos militares de EEUU previeron que se iba a producir un cambio futuro de carácter fundamental en el área de los conflictos armados...Previeron que las guerras del siglo XXI se caracterizarían por un tipo de operación militar que denominaron “guerras de cuarta generación” en algún caso y en otros, “operaciones asimétricas”.
Los historiadores militares han señalado tres etapas de desarrollo en las guerras acontecidas con posterioridad a la revolución industrial:
En la primera las operaciones militares estaban basadas en grupos de soldados de distintas clases que combatían con fusiles primitivos.
La segunda, que tuvo lugar entre la Guerra de Secesión y la Primera Guerra Mundial se caracterizó porque en ella los conflictos armados pretendían agotar la economía del enemigo y destruir el mayor número posible de fuerzas contrarias, recurriendo al uso de armas de fuego de mayor potencia y, posteriormente, a un uso intensivo de las armas automáticas.
Durante la tercera fase de desarrollo se produjo un cambio importante en la táctica militar que se vio dominada por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. En lugar de chocar frontalmente con el enemigo, lo envolvían por la retaguardia gracias a la acción de la aviación y de las fuerzas acorazadas.
De acuerdo con la opinión de los expertos, las operaciones militares de cuarta generación se traducirían en un nuevo tipo de guerra, en la que los combates tendrían mayoritariamente lugar de forma dispersa. Los combates no quedarían limitados a la destrucción de los objetivos militares y de las fuerzas regulares, sino que incluirían también a las sociedades y buscarían aniquilar el apoyo que la población dispensa a sus soldados. Estos expertos declaraban en su artículo que en este tipo de guerras las informaciones aparecidas en los medios de comunicación se convertirían en un arma de guerra más poderosa que las divisiones militares. De la misma manera recalcaron que en la guerras de cuarta generación, la línea divisoria entre la guerra y la paz resultaría cada vez más confusa.
Algunos estrategas occidentales afirman que las nuevas operaciones militares se sustentarán estratégicamente en la influencia psicológica y en la mente de los que las planifican. No descansarán únicamente, como en el pasado, en los medios militares, sino también en el uso de los medios de comunicación y de las redes de información con la finalidad de poder influir en la opinión pública y a través de ella en la élite gobernante. En su opinión, las guerra de cuarta generación se desarrollarán tácticamente a pequeña escala, surgirán en distintas regiones del planeta y en ellas se atacará al enemigo de manera fantasmal, apareciendo y desapareciendo. Su enfoque será político, social, económico y militar.
Este nuevo tipo de guerra presenta enormes dificultades para la maquinaria de guerra occidental...¡Ojalá los cobardes, incluidos algunos clérigos musulmanes, supieran que ya han tenido lugar algunas guerras de cuarta generación y que ya ha quedado de manifiesto la superioridad del bando teóricamente más débil!. En multitud de ocasiones, los estados-nación han sido derrotados por naciones sin territorio.
La nación islámica ha obtenido numerosas victorias en un período de tiempo muy breve. En cierta medida puede decirse que han sido más frecuentes en los últimos veinte años que desde la época del imperio otomano. Estas victorias se han logrado combatiendo contra los mejores ejércitos....En Afganistán, los Combatientes del Islam triunfaron sobre el segundo mejor ejército de la época. De manera similar una sola tribu somalí humilló a los EEUU forzándolos a retirar sus fuerzas de Somalia. Poco después, los Combatientes del Islam de Chechenia humillaron y vencieron a las fuerzas rusas. Posteriormente Hizbullah expulsó al ejército sionista del sur del Líbano.
Es verdad que no todas las victorias del pasado dieron lugar a un gobierno de los vencedores, pero no es esa la cuestión que deseo examinar ahora. Por el contrario el presente artículo está dedicado al análisis de la confrontación puramente militar y motivado por las afirmaciones que se han pronunciado en relación con el desequilibrio existente entre EEUU y los Combatientes del Islam lo que tendría como consecuencia, según los expertos, que la yihad y la victoria fueran imposibles.
Durante las dos últimas décadas, existen precedentes de que las unidades reducidas de Combatientes del Islam hayan vencido a fuerzas mundiales y naciones poderosas a pesar de las enormes diferencias entre ambas partes.
Algunas personas se opondrán a este análisis objetando que todas estas guerras implican choques entre naciones homogéneas y ejércitos invasores y afirmando que, por lo tanto, no pueden servir de ejemplo para Al Qaida, que combate fuera de su territorio y en ocasiones en medios hostiles. Responderé a esta objeción...Al Qaida se enorgullece de que el 11-S aniquiló los elementos de defensa estratégica de los EEUU, un hecho que ninguna otra nación había podido lograr. Estos elementos son la advertencia temprana, el ataque preventivo y el principio de disuasión.
Advertencia temprana: con los ataques del 11-S Al Qaida entró en los anales de los ataques sorpresa llevados a cabo con éxito, que son escasos históricamente como, por ejemplo, el ataque japonés contra Pearl Harbor en 1941, el ataque sorpresa llevado a cabo por los nazis contra la URSS, la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968 y la perforación de la línea sionista Bar-Lev en 1973. Por otro lado, con el sufrimiento que causó Al Qaida superó a todos estos ataques sorpresa, ya que ocasionó que todos y cada uno de los estadounidenses se vieran sometidos a un estado de alerta constante. Esto se traduce en un coste económico y psicológico extraordinariamente elevado, especialmente si tenemos en cuenta que se trata de una sociedad que no se ha visto afectada por ninguna guerra desde la Guerra de Secesión. Se ha logrado una meta difícil de alcanzar, la de haber colocado a toda una sociedad a merced de los ataques terroristas.
Ataques preventivos: este elemento también quedó debilitado el 11-S. Aun en el supuesto de que hubiera existido una advertencia previa habría resultado muy difícil lanzar un ataque preventivo con éxito contra una organización que carece de bases permanentes.
Disuasión: este principio descansa sobre el supuesto de que existen dos bandos que combaten para sobrevivir y defender sus intereses, pero queda eliminado totalmente cuando existen personas que no valoran la vida y que desean ser mártires. El principio de la disuasión funciona bien en la guerra entre países, pero carece de efectividad contra una organización que carece de bases permanentes, de capital en los bancos occidentales y que no depende de la ayuda de estos países. La consecuencia de estas circunstancias es que es completamente independiente a la hora de tomar decisiones y que busca combatir desde el principio. ¿Cómo se puede disuadir a una persona que combate para morir?.
Además de la aniquilación de estos tres elementos, Al Qaida asestó un golpe severísimo a la moral de los estadounidenses ya que, como ha señalado un estratega occidental, la mejor manera de alcanzar una victoria psicológica es atacar al enemigo en un lugar donde se sienta seguro. Eso es exactamente lo que sucedió en New York. Por lo tanto, los desequilibrios existentes entre los Combatientes del Islam y los EEUU a los que se refieren los clérigos son exactamente los que se necesitan para enfrentarse con la maquinaria de guerra occidental, en particular, la de EEUU. Esta nación se halla desconcertada por las operaciones militares de cuarta generación, especialmente cuando los pueblos islámicos han vuelto a abrazar la yihad y no tienen nada que perder.
Ha llegado el momento de que los movimientos islámicos que se enfrentan con las ofensivas de los cruzados incorporen los criterios propios de las guerras de cuarta generación.
Recemos para que Allah acalle los llamamientos de los cobardes y para que haga surgir una nueva generación de clérigos capaz de enfrentarse con los retos que presentan las operaciones militares de cuarta generación (*) .
En su obra “El Conocimiento Inútil”, de finales de los 80, exponía ya Revel con crudeza una de las grandes paradojas de nuestro tiempo: a pesar de disponer de unos medios de comunicación muy desarrollados vivimos, por lo general, en la más absoluta ignorancia sobre lo que verdaderamente sucede, puesto que la información nos llega, cuando lo hace, fragmentada y tergiversada.
Por otra parte el fenómeno de la globalización trae, con sus innegables oportunidades, graves riesgos que no se pueden soslayar en un análisis serio. La quinta columna yihadista que penetra nuestro cuerpo social poco a poco, a través de una inmigración no sólo no controlada, sino pactada desde los años 70 por la Comunidad Europea con los países islámicos, es uno de los mayores problemas sociopolíticos .
En este contexto mundial sometido a la desinformación políticamente correcta no es de extrañar que las guerras de cuarta generación vayan siendo cada vez más una realidad.
Estos días pasados estuvo en España Cindy Sheehan, aquella mujer que montó el Circo en la puerta del Rancho de Bush y luego fue a las puertas de la Casa Blanca a tirarse por los suelos en señal de protesta contra la Guerra de Irak.
Ella, como tantos otros que la apoyan, al margen de las contradicciones flagrantes en las que incurren, que ni su dolor puede justificar, y que ya señalé en mi escrito del 6 de Septiembre, está actuando, inconscientemente, a favor de sus enemigos, y contribuyendo a cavar la fosa en la que podrían acabar sepultados más de dos milenios de elevada cultura occidental.
Para quien no comprenda que nos encontramos en guerra contra el terror, y, por qué negarlo, en guerra contra el Islam, el artículo que he transcrito, escrito poco después del 11-S debería ser muy clarificador.
Sin embargo los tontos útiles de Al Qaida siguen mirando el dedo e increpando al que apunta, y no ven la íntima relación entre esta guerra y esa otra que aún seguimos librando y que seguiremos librando –espero equivocarme- en un futuro previsible.
(*) Tomado de los anexos documentales de la obra de César Vidal “España Frente al Islam”. Editorial “La Esfera de los Libros”.
1 comentario:
Esta es una guerra de información o más bien de desinformación. Con practicamente todos los medios de comunicación negando el hecho mismo de la guerra pero aterrorizando a la población con su cobertura de los atentados.
Esta es una guerra donde se enfrentan dos bandos uno en el que nadie quiere morir y otro en el que la vida misma no importa. Guerra asimétrica total.
Lo mío es la Economía y a veces me pregunto si sobre todas las demás cosas los medios de comunicación y los políticos mienten tanto como sobre cuestiones económicas.
Saludos. Puedes leerme en "desde el exilio" o en mi blog: http://blogs.libertaddigital.com/MILL/
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