Escucho a José Beola, dueño de la discoteca Bordatxo, destruida hace unos días por una furgoneta bomba de ETA, defenderse de la acusación de confidente y chivato que la banda terrorista le hace para justificar la destrucción de la discoteca. Le escucho decir que ETA miente, que él no es confidente de nadie y que le pusieron la bomba por negarse a pagar la extorsión terrorista, que no lo había dicho con anterioridad para no asustar a su familia pero que había sido amenazado si no pagaba una cantidad considerable.
No es la primera vez que ETA vilipendia a sus víctimas. No contentos con chantajearles y hacerles pagar su negativa a la extorsión, intenta demonizarlos. Era algo muy común en los “años de plomo”.
He leído también estos días a representantes del empresariado vasco y navarro quejarse de la extorsión a la que están siendo sometidos por ETA, que consideran de las más fuertes hasta el momento. El representante navarro se quejaba, además, de que se hable constantemente del “proceso de paz” mientras ellos siguen amenazados si no pagan.
Curiosamente sobre el “impuesto revolucionario” una de las principales fuentes de financiación de ETA siempre se ha pasado de puntillas. Decía Beola que la gente no dice la verdad y que pagan a ETA porque sino ya saben a lo que se atienen: para muestra un botón. Pagan y todos aceptamos que paguen como si fuera algo ineludible. Y no lo es. Hay gente que no paga y que se arriesga. Nunca se ha dado con seriedad el debate sobre la moralidad, o inmoralidad, de contribuir a la financiación de ETA. Hace un tiempo cuando fueron llamados a declarar algunos famosos cocineros, presuntamente pagadores de la extorsión, sólo el hecho de considerar que podían haber pagado levantó ampollas. Hay miedo a decir claramente que el que paga contribuye al terrorismo y, le demos las vueltas que le demos, así es.
Feliz Año 2006
2 comentarios:
Tendemos a disculpar a quien paga por temor a perder la vida, pero precisamente por ello no damos el valor que merece al acto de heroismo de quienes se niegan a hacerlo.
Realmente quien paga el impuesto revolucionario no tiene disculpa.
Feliz 2006 Romero!!!
Feliz 2006 Maestre!!!
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