El Español es un club de fútbol que, como su propio nombre indica, es muy español: muy español por nombrarse español, muy español por serlo, y proclamarlo, donde muchos no quieren serlo y proclaman sin ambages ni rubor que no lo quieren ser.
El Español es un equipo visitante cuando juega en casa, y su afición está compuesta de extranjeros en su propio país, expatriados por un regionalismo cutre de horteras provincianos que se declara nacionalista, obligados a un quintacolumnismo españolista en España, pronto Ex-paña, o Espanya.
Su trayectoria deportiva está en sintonía con su trayectoria política, inevitable esta última por el espíritu que alienta su nombre. Un Barça arrollador acompaña al Estatut triunfante, y le mete 6-0 a los humildes zamoranos, pero el 2º equipo de Barcelona, que empata a 3 contra un barrio de Madrid, no cosecha grandes éxitos del mismo modo que la idea de España no logra calar en el electorado catalán en positivo. Y la guerra linguistica ha acabado por convertir al Español en el Espanyol, y quizá a mucha de su afición en espanyola, ambiguedad máxima que no sabemos ya que es, como no sabemos que es el PP catalán, más allá de Partido de Piqué (PP).
Nuestros renuentes compatriotas del Noreste costero votan, nos guste o no, a los nacionalismos rancios de cortas miras, esos que son tanto más antiespañoles cuanto más catalanes se sienten, esos que construyen su identidad, como no podía ser de otro modo, desde la diferencia.
Ayer, en un partido de Copa del Rey, se desplegó una pancarta en las gradas de Montjuic (ver foto).
La TV catalana, como dicen en el Minuto Digital, no tuvo a bien enfocarla en todo el partido, pese a su tamaño y su conspicuo mensaje (tanto por la forma como por el fondo).
Pero esas cosas no le interesan a la CACA.
Si, la CACA, esto es: el denominado burlona pero certeramente como Comité Anticope, cuya "A" añadida, que conforma la hedionda mierda, es la de Antiespañol.
Dada mi insignificancia, espero no ser censurado por esto.
De lo que no me cabe duda es de que Catón (I y II) se avergonzaría de los modernos censores.
8 comentarios:
Pues a mí me gustaría que política, fútbol y religión no se vieran simpre tan mezclados (por citar tres ejemplos).
Creo que nunca dejarán de sorprenderderme aquellas personas de las que sólo hace falta saber sus afinidades respecto a uno de estos tres temas para adivinar sus simpatías en los otros dos.
Me gustaría poder disfrutar del fútbol sin que se viera siempre salpicado por la basura política (vega ésta del lado que venga).
Cooldandruff,
Creo que es difícil saber qué equipo de fútbol es el de uno a través de su confesión religiosa, o a la inversa, salvo que la religión de uno sea su equipo, cosa que en ocasiones ocurre, en casos extremos de forofismo.
Política y fútbol si se relacionan, dado que los clubes de fútbol lo son de barrios, ciudades, regiones, países, y los partidos una especie de batalla simbólica entre los equipos y la zona del mapa a las que supuestamente representan. Aunque de momento creo que no se ha inventado el equipo del PP, del PSOE o de la Ezquerra (al menos profesionalmente).
Política y religión sin duda se relacionan, puesto que la política son los asuntos generales, y la religión es una explicación del cosmos que implica normas morales. Como los asuntos generales han de abordarse necesariamente desde una perspectiva moral, sea esta la que sea, la religión que uno tenga influye en su apreciación de los mismos. El caso más claustrofóbico es el del Islam, que regularía, si Mahoma hubiera sabido cómo, hasta la respiración de sus sumisos fieles.
Maestre,
No sé si la quiero, pero desde luego si se fijasen en mi humilde persona esos censores ad hoc, me darían una gran publicidad, y me transmutarían de pez chico en pez grande. Primero tendrán que caer árboles mucho más altos.
Quedo a la espera de tus gustos cinéfilos.
Usted mismo define la relación entre fútbol y religión. Si política se relaciona con fútbol y también con religión, ahí tenemos la conexión entre fútbol y religión. Bueno, eso es como parece que usted lo ve, que yo no termino de ver la relación entre todo esto.
Un partido de fútbol es sólo eso, dos equipos que se dedican a jugar (el hecho de que representen a su pueblo o a su barrio no debería significar mucho más). Y a los que nos gusta el fútbol disfrutamos de ese juego. Pero esa forma que he visto en su artículo de mezclar el juego, con el estatuto catalán, el españolismo, el catalanismo, la COPE, etc. no deja de producirme un gran pesar (incluso vértigo, diría yo), y no puede evitar manifestarlo. Desgraciadamente su forma de ver las cosas es compartida por demasiada gente... y hay quien se aprovecha de ello (sacando una gran tajada, por cierto).
Pongamos cada cosa en su sitio: la política en el congreso y en las hurnas, el fútbol en los estadios y la religión en el corazón de cada uno.
Si una cosa se relaciona con otra y esa otra se relaciona con una tercera ello no implica necesariamente una relación entre la primera y la última, pero dejemos esa cuestión abstrusa para mejor ocasión.
La cosa no es si yo veo las cosas de una determinada manera o de otra, sino de lo que parece ser que ocurre. El nacionalismo catalán considera al Barça como su equipo (de fútbol, basket, balonmano...etc). Esto no lo he inventado yo, ni he establecido vínculo alguno en un arrebato pseudofilosófico.
Hace unos años vi un reportaje en el que el presidente (Núñez) y el entrenador del Barça (Cruyff) declaraban que las victorias del Barça contra el Madrid eran para ellos y para la afición barcelonista como una victoria de Cataluña contra el Estado Central.
Cierto es que no todos los barcelonistas son nacionalistas, ni mucho menos (pongamos el caso nada sospechoso del presentador de Onda Cero Carlos Herrera, español de pro y barcelonista entusiasta). Y los hay que como tú no quieren que se mezcle el fútbol (y el deporte en general) con la cosa nacionalista, lo cual me parece correcto.
Por hablar de otros deportes en los que el nacionalismo mete sus narices inquisidoras fíjate nada más en la polémica que ha habido con lo de la Selección de Hockey sobre hierba Catalana o en el asunto Carod con la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos.
En fin: si yo hablo de esa relación no implica que apruebe esa relación. Yo preferiría, como tú (hasta cierto punto), que el fútbol fuera fútbol nada más. Pero, ay, otros NO. Y además es difícil, dada la naturaleza gregaria de nuestra especie, que separemos el fútbol de la política, puesto que en él se dan grupos opuestos que pugnan por un objetivo, y estos grupos se superponen –curiosa pero nada curiosamente- a los territorios, que suelen a su vez superponerse –mal que bien- a etnias y costumbres diversas.
Al final tu crítica está dirigida contra mi artículo (al principio debo confesar que no tenía claro si era eso o unas matizaciones improvisadas).
En efecto, mezclo el juego con el estatuto catalán, el españolismo, el catalanismo, la COPE, etc....¡Por que están mezclados!.
¿Adviertes que la CAC no censura la actuación de las televisiones catalanas en este flagrante caso mientras que se abalanza sobre la COPE, razón todo sea dicho para la cual ha sido creada?. ¿No ves la relación?.
¿Quién saca tajada en todo esto?.
Pongamos cada cosa en su sitio: la política, al ser los “asuntos generales”, está en todas partes, siendo el congreso y las urnas modos de expresión políticos no únicos, ni necesariamente maravillosos; el fútbol en los estadios, sea cual sea el parecer de los aficionados, que se empeñan en elegir, por norma general, su tierra, y la religión en el corazón de cada uno, esto es, en todos, esto es, en la sociedad. ¿Pretendes llevarla acaso a un solipsismo suicida?. Los creyentes comparten su fe, y quieren atraer a otros a la misma. Mientras no la impongan no puedes exigirles que la guarden en el corazón. Aparte de los vínculos antedichos de religión como cosmovisión y moral, que hace imposible no tomar partido en las cosas de la vida (y esto te lo dice un agnóstico).
Bufff... menudo rollo me acaba usted de meter. Claro que, es su blog y hace lo que quiera con él. Esto me pasa por meterme donde nadie ma llama ;-)
No se trata de que que una cosa se relaciona con otra y esa otra se relaciona con una tercera, si no que una sola cosa se relaciona con otras dos, esto es, política con religión y fútbol. Eso lo ha dicho usted. Y esto hace que religión y fútbol tengan en común la política, que el nexo que las relaciona. Y conocido un nodo se puede llegar a los otros dos, bla, bla... Yo creo que está bastante claro, pero si no es así haga usted un dibujo y lo verá mejor. Aunque vuelvo a decir que esas conexiones las ven ustedes, yo no.
Creo que ha sacado conclusiones bastante raras de mis palabras, pero tampoco voy a hacer ahora una reflexión al respecto. He dicho, y repito, que demasiadas personas lo mezclan todo, y usted también ha colaborado con eso, es una más de esas personas que todo lo lían. Lo ha hecho en su artículo y ahora no puede negar el ser un cómplice más... y no vale echarle la culpa a otros. Y a mí me están amargando el fútbol entre unos y otros. :-(
Y tajada la sacan los que viven de liar las cosas, y ustedes encima les animan.
Siento no haber podido evitar entristecerme con su artículo y hacérselo saber. No se altere, no opinaré más en su blog (no he podido evitar imaginérmelo frente a su PC escribiendo artículos con el ceño fruncido y me he dicho que no merece la pena).
Naturalmente comprendo que encuentres aburrido (por excesivamente prolijo o extenso para tu atención) lo que escribo.
El problema que tienen mis escritos es que son muy claros, y algunos creen entenderlos perfectamente sin haberse enterado de nada. No ven, en fin, las relaciones correctas, y su imaginación procaz sustituye lo que su raciocinio no alcanza a comprender.
De todas formas, igual que nadie te ha llamado, nadie te expulsa.
"Pues a mí me gustaría que política, fútbol y religión no se vieran simpre tan mezclados (por citar tres ejemplos)....sólo hace falta saber sus afinidades respecto a uno de estos tres temas para adivinar sus simpatías en los otros dos". Eso lo has dicho tú.
Yo solo he puesto de manifiesto lo que hay de relacionable y lo que no.
Un ejemplo sencillo de relaciones que no se cumplen: si yo conozco a Aznar y Aznar conoce a Bush ello no implica que yo conozca a Bush.
Otro: si yo soy cristiano del PP y soy del Madrid, por ejemplo, ello no supone vínculo alguno entre mi madridismo y mi cristianismo.
"esas conexiones las ven ustedes, yo no". ¿Quienes?....me gustaría saberlo. ;-).
"es una más de esas personas que todo lo lían"...¿serán esos?.
"no puede negar el ser un cómplice más"....¿de qué?.
"no vale echarle la culpa a otros"....¿A qué otros? ¿De qué?.....
"Y a mí me están amargando el fútbol entre unos y otros"...¿Por qué? ...¿No habíamos quedado en que el fútbol era solo eso, fútbol?.
"Y tajada la sacan los que viven de liar las cosas, y ustedes encima les animan". ¿Quienes?....
En fin, un conjunto de vaguedades pretendidamente insultantes que no responden a las cuestiones planteadas, tachadas de antemano de rollo.
"Siento no haber podido evitar entristecerme con su artículo y hacérselo saber". ¿Por qué lo sientes?, ¿Es que crees acaso que estoy preocupado por tus sentimientos de tristeza?. Lo estaría si no fueran de plañidera, quizá.
Sobre tu última frase (paréntesis incluidos) solamente puedo decir que tienes mucha imaginación.
Vuelve cuando quieras.
Ah, y no camufles tus insultos.
Me ha dejado sin palabras. ¿Será usted mal tomado? Qué forma de tergiversar mis palabras. Qué mala idea tiene usted. Lo dicho, no pienso volver a dar mis opiniones en este blog. Sólo quiero dejar clara una cosa:
JAMÁS en ningún momento le he insultado. Mis insultos se los ha inventado usted diciendo que están camuflados. Y me ha faltado el respeto haciendo semejante insinuación (entre otras cosas). Usted si que tiene imaginación. Lo que está claro es que no ha entendido ninguno de mis razonamientos, no pudiendo rebatir ni uno sólo de ellos con um mínimo de sensatez, y me ha faltado al respeto sin que yo lo haya hecho antes. Cuánta mala educación y qué poca capacidad de autocrítica. No sé para qué tiene habilitados los comentarios en el blog si no los va a saber aceptar. Desde luego que no me ha dado la sensación de ser bienvenida en este blog... más bien al contrario. Así que no falte a la verdad.
Acabo de borrar su blog de mis links y ahí se queda usted con su crispación y su amargura.
Hasta siempre.
Je je je je
De un patetismo hilarante.
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