jueves, febrero 16, 2006

Road to Guantánamo Versus Road to Serfdom

Nuestra progresía claudica, practica a diario un masoquismo y suicidio simbólicos, poniendo en libertad a Barrabases dispuestos a destruir Occidente, mientras condena al tímido occidental que, hablando como tal, osa decir: "yo soy el camino, la verdad y la vida".

Toda la filosofía moral de la nueva izquierda no es más que una superestructura ideológica construida sobre la miseria de su cobardía y su molicie. Marx se avergonzaría de los sucesores light de su fallida Revolución, que irónicamente convierten en cierta una de sus más convincentes mentiras.

Quien les diga alguna verdad incómoda puede tener la seguridad de que será correspondido con un anatema o un castigo. Las verdades incómodas producen inquietud, o incluso dan miedo, y obligan a actuar, a emprender acciones generalmente trabajosas y / o arriesgadas.

Al sacrificar su libertad en el altar de lo inmediato, nuestros progresistas venden el futuro de todos a precios de saldo. Y así convierten su "Progreso" en el más seguro camino a la servidumbre, atacando de paso a quien trata de salvarles para salvarse a si mismo.

Es claro que la Torre de Babel multiculturalista ha de derrumbarse. Debió hacerlo, en realidad, al caer aquellas otras torres, las de New York. Quienes deben construirla no hablan el mismo idioma, haciendo realidad el mito de la Biblia. En eso consiste el multiculturalismo, de hecho. En eso consiste la tragedia absurda de su construcción imposible. ¿Qué idioma debiera hablarse en Babel?...¿no será acaso el de los arquitectos y los organizadores del trabajo?...¿no debiéramos hablar el lenguaje del capitalismo, la democracia, el Estado de Derecho, el liberalismo y, en definitiva el lenguaje de los valores, de la ética grecorromana y judeocristiana, latín del que todos esos romances parten?.

y es que ¿qué es Occidente fuera de esa moral y de esas instituciones que de ella emanan?: la barbarie, la Edad Media. Así, bien pensado, no podría hablarse nunca de un Occidente decadente, como hiciera Spengler, o como hemos hechos otros siguiéndole la estela, y la coletilla, con posterioridad, sino de una decadencia que se opone a Occidente, que ataca a Occidente, puesto que Occidente no es un lugar ni un tiempo, ni una etnia o alguna sociedad en particular, sino una determinada conformación de la sociedad, que se manifiesta a través de un orden espontáneo, con una paz y una prosperidad estables, cuya fuente y fruto es una libertad responsable, única posible, deuda de los valores morales más acordes con la naturaleza y la razón humanas.

Los que se aferran a identidades caducas o en proceso de descomposición o los que quieren crear otras nuevas partiendo de ideas esquemáticas y pueriles, los que quieren protagonizar gestas heroicas de raíces míticas, los que adoran al becerro de oro del poder con rituales maquiavélicos, los que quieren vivir en paz vendiéndose como esclavos y tantos otros se rebelan contra Occidente. Pero Occidente somos todos, puesto que Occidente es el verdadero motor de verdadero Progreso.

Pero nada, ahí siguen esas hienas que muerden la mano que les da de comer y lamen la que les golpea con un garrote, que se rebelan contra el orden de cosas que hace posible su rebelión y aplauden a, y en ocasiones se prosternan ante, quien proclama abiertamente su intención de subyugarles.

Ahí siguen esas hienas cobardes con piel de pacífico cordero, dado lecciones de moralidad y buen sentido desde los púlpitos espurios de la nueva religión de colectivismo estatólatra.

Ayer, en la Ventana de la Ser, dieron el recital de violenta pusilanimidad al que ya nos tienen tristemente acostumbrados, denunciando airadamente la existencia de la prisión de Guantánamo.

Primero hablaron de la película recientemente presentada en el Festival de Cine de Berlín "Road to Guantánamo" en la que se cuenta, supongo que con cierta perspectiva fácilmente identificable, la estancia de 3 musulmanes ingleses en la prisión Estadounidense en la isla de Cuba.

Parece ser que al estreno acudieron los 3 "ingleses" protagonistas. En la ventana insistieron mucho en su nacionalidad. Decía el comentarista destinado en Berlín que la ciudadanía británica no les había servido de mucho. Su país se había desentendido de ellos. Los derechos inalienables de unos ciudadanos británicos habían sido vulnerados por la máquina implacable de guerra americana sin que el Gobierno de la isla moviera un dedo. Aunque suponiéndose universales los derechos humanos no hubiera sido necesario hacer esa precisión. Curiosamente los países árabes reaccionaron a la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU con otra paralela de corte islámico, como señalaba el otro día el arabista Serafín Fanjul en el programa Enfoque. Esta "Declaración" venía a decir que lo de los derechos humanos era estupendo, pero de acuerdo con el Corán y la Sharia, lo que viene a significar la negación de lo que dice afirmarse.

El comentarista creerá, además, que ser ciudadano británico hoy es como ser ciudadano romano en la época clásica, lo cual equivale a un privilegio de los propios frente a los ajenos de naciones sometidas.

Los tres musulmanes de bien ( "de bien" desde la óptica de la bondad musulmana) fueron ofrendados con una cerrada ovación a su llegada al certamen, cual estrellas rutilantes de un Hollywood venido a menos. Supongo que los asistentes al evento les considerarían merecedores de un gran aplauso y una disculpa exculpatoria.

Uno de los "héroes" dijo haber perdido la confianza en las democracias. La idea de fondo de sus palabras es que las democracias no garantizan los derechos humanos como cabría esperar de ellas. El comentarista le decía a Gemma Nierga que en Guantánamo había personas "normales", y que hoy podían ser ellos, pero mañana podíamos ser nosotros.

Los chicos traviesos parece que fueron a Pakistán a arreglar una boda y, repentinamente, a la vista del ataque aliado contra Afganistán, decidieron cruzar la frontera para acompañar en la lucha a sus "hermanos musulmanes". Todo muy "normal", de una normalidad que me hace temer que en cualquier momento venga un grupo de marines a detenerme. Pero quizá yo no sea "normal" después de todo, si esa es la norma.

Cuanto menos confíe en las democracias ese prisionero de Guantánamo metido a actor, más confiaré yo. Pues cuanto menos garantizados estén sus derechos más lo estarán los míos. Porque: ¿Para qué exactamente querría ese hombre los derechos sino para atropellar los ajenos?. ¿Y no le es ajeno, a un "buen" musulmán, todo lo Occidental?.

Da igual, tienen de su parte a Amnistía Internacional. La portavoz o presidenta o no se qué en España de AI, Eva Sánchez, fue entrevistada por Gemma tras la conexión con Berlín. Tenía la mujer muchas cosas que decir sobre Guantánamo, pero parece que todo su mensaje podría reducirse a lo que dijo al menos dos veces: "Guantánamo es el mayor atentado contra los derechos humanos de los últimos años". Ay, eso duele.

¿Servirían de algo los ejemplos de verdaderos atentados, cometidos contra verdaderas víctimas inocentes (y no contra soldados armados y dispuestos a matar), para desmontar ese atrevido y falaz aserto?. Lo dudo. Además ocuparían cientos de líneas o links.

Por lo visto en Guantánamo, a los prisioneros en huelga de hambre se les obliga a comer. Es una tortura terrible. ¿Cómo no se le ocurrió algo así a los diversos déspotas orientales, expertos en toda suerte de torturas, maestros del arte de infligir dolor a sus enemigos?. ¡Que poca imaginación!.

Miguel Ángel Bastenier, subdirector de El País para asuntos internacionales, estaba también muy indignado por otro asunto peliagudo. Las caricaturas de Mahoma eran, a su entender, repugnantes, asquerosas, impresentables, impropias de un periódico serio y "de sus alrededores en muchos kilómetros a la redonda". Decía esto, Miguel Ángel, rodeado de dos musulmanes, uno barbudo y melenudo y otro bien vestido y afeitado, y frente a Serafín Fanjul, en el plató del programa Enfoque. A continuación añadía que en el Islam existe un respeto reverencial por las otras religiones. Serafín, bastante molesto, le replicó, poniendo ejemplos bastante claros de lo contrario, y Bastenier tuvo que recular reconociendo saber mucho menos de esos temas que el arabista.

Creo haber puesto dos claros ejemplos de lo que al principio exponía. Con gentes de esta ralea no podemos esperar construir un futuro mejor. Con ellos vamos cuesta abajo, por la pendiente suave que acaba en el abismo de la servidumbre.

El problema no es el camino a Guantánamo. El problema es el camino a la servidumbre.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Soberbio, nomotheta, un verdadero placer leerte.

Por decir algo: es curioso como las "progres" a lo Gemma Nierga, tan encantadoras ellas, tan femeninas y feministas, tan concienciadas, etc, etc, muestran esa especie de fascinación subversiva por el Islam, cuando en esta religión la mujer es casi un bien semoviente.

Tendrá esto algun componente freudiano ?

Jinete.-

Nomotheta dijo...

El placer es mío, que me lees y apruebas lo que digo.

Sin duda hay algo freudiano en esas flagrantes incoherencias de ciertas feministas. Freud de seguro se divertiría psicoanalizándolas. Tienen un deseo inconsciente de ser subyugadas por lo que conscientemente dicen (y creen) detestar. En su caso el masoquismo es sadomasoquismo, puesto que de sexo va la cosa. Les obsesiona la "violencia de género" y consideran a esta una institucionalización del dominio del varón sobre la mujer, pero a un tiempo están de parte de quienes verdaderamente han institucionalizado esa violencia.

Nomotheta dijo...

La gracieta esa de un Jesús con un misil habría pasado completamente desapercibida en nuestra sociedad de no ser por lo de las caricaturas. Unos dirán que los "genios" se adelantan a su tiempo y otras chorradas al uso, mientras que otros creerán que el autor es un payaso vanidoso y su obra un bodrio para estetas baratos. Pero nadie incendiará ARCO ni hará una amenaza de muerte creíble al autor, y menos una cultura, una organización política o de otra índole, o una sociedad en su conjunto. Quizá por eso nadie habla de lo rechazable que es. La obra es rechazable porque ha sido rechazada por un grupo lo suficientemente poderoso y decidido para inspirar temor. Y ha sido rechazada, como era de esperar, por los intimidadores y por sus comparsas, los cobardes.

Protágoras dijo...

Gracias por su comntario en mi blog. Hoy más que nunca ¡civilación o barbarie!. El problema es que tenemos al enemigo dentro. Doblemente: Eurabia y la izquierda, no sé si traidora o suicida, siempre cobarde.

Un saludo

Nomotheta dijo...

Tras caer el muro fingieron ser (y haber sido siempre) los principales defensores de Occidente. Pero en el primer ataque serio que recibe su "defendido" han desertado, como corresponde a los cobardes y a los traidores.

Un saludo.