martes, julio 05, 2005

Catarsis Resacosas

Tienen grandes resacas y se sienten muy culpables. En la debilidad del día siguiente a una juerga proyectan recomenzar sus vidas de mil maneras. Se sienten mal, asqueados, saturados por sus excesos. Su opulencia ociosa es sibaritismo vicioso.

No pueden dar lástima, porque ellos han elegido entrar en la montaña rusa de subidas y bajadas aceleradas de los abusos. Se van volviendo poco a poco tan bipolares como el tipo de vida que en parte han elegido y en parte les ha caído en suerte. Pasan de la depresión a la euforia con pasmosa facilidad.

La moderación, el equilibrio, la sensatez, la parsimonia, la elegante lentitud les están vedadas. Viven inmersos en la demoníaca velocidad de las noches de urbes cosmopolitas.

Tienen una enorme facilidad para declarase amigos de todo el mundo, y a un tiempo desprecian a las personas concretas en un sinnúmero de ocasiones. Pues la gente es una abstracción con la que juegan diletantemente en conversaciones de café, copa y puro (cuando no porro y loncha).

Su círculo está compuesto por vagos, pasotas, vividores, adictos, lunáticos, acabados, interesados, ladrones, obsesos, idiotas y un largo etcétera de nulidades vanidosas.

Han perdido el referente del valor. Todo es intercambiable, todo llega cómodamente y en cantidades superiores a las necesarias. No es preciso esfuerzo alguno para alcanzar los fines hedonistas, que su fama les otorga.

Viven en un limbo indiferente en el que el existencialismo y el surrealismo se alternan en un marasmo de experiencias sensuales.

No resulta extraño que aborrezcan las reglas, las normas, las costumbres, los hábitos, el orden, incluso de las nociones de bien y mal, porque en su irreal realidad cotidiana el tiempo flota absurdo y ni las personas ni las cosas tienen valor porque no cuestan nada.

Pero el horror al vacío deshumanizador, el asco ante el desorden pusilánime y la falta de norte, es insoportable. Se hace precisa, urgente, impostergable, una purificación, una iluminación, una elevación que libere al alma oprimida por sus desmanes de su prisión de sinsentido.

¿Hacia dónde mira nuestro triunfador de la nada, nuestro héroe de cartón piedra, nuestro gran hombre por la pequeñez de quienes le admiran y aplauden?......Oh si, la regeneración viene por la compasión infinita a los pobres, a los desheredados de la tierra, a los explotados, a los oprimidos, a los perseguidos, a los humillados y ofendidos.....

Lo que el tiene lo obtuvo por poco, apenas unas divertidas cancioncillas cantadas alegremente, y así cree que a los demás no les costó ni les cuesta esfuerzo obtener lo suyo. Los occidentales somos unos privilegiados a escala mundial, cree él, en su obnubilación de privilegiado. Vive parásitamente de la sociedad que ataca con sus palabras y sus canciones, y tiene aún la osadía de considerar culpable no su propia actitud, sino a la sociedad que le ha dado legitimidad y cobijo. Muerde como el que más la mano que le da de comer. Los buenos son los otros, los que como él no supieron crear riqueza, ni dejar que otros la creen.

Sus catarsis resacosas son una expresión de la rebelión de su naturaleza contra su espíritu "rebelde" (que hace en ellos el papel de razón), cuando la debilidad física es máxima y la autoestima mínima. Al final su naturaleza y su "razón" alcanzan un compromiso vergonzoso, del todo irracional, pero barnizado de grandes y bellas palabras.

Dado que en su mundo evanescente y deleznable todo es idéntico en su vaciedad, todo es de una vaporosa nulidad, todo es nada, la igualdad es una de las categorías más fácilmente perceptibles. Por un lado se tienen vivencias de nirvana y psicodelia. Atraen entonces el budismo y lo oriental, pero de un modo superficial, sin los castigos corporales ni las renuncias terminantes. Por otro se hermana uno con la humanidad en su conjunto, imagina que no hay cielo, no hay infierno debajo de nosotros, above us only sky.......it's easy if you try. Y, cómo no, se sueña con una comunidad fraternal universal, una aldea global, y la utopía del comunismo aparece radiante en un horizonte crepuscular de suaves tonalidades.

Y es que nada iguala más que el vicio.

Su abundancia material obtenida sin esfuerzos les hace pensar en una abundancia material universal obtenida sin esfuerzos...y caen nuevamente en la utopía comunista.

Estos irresponsables artistas desprecian la labor esforzada, continuada, seria, serena y noble de la gente que hace posible su confort idealista. ¿Cómo podrían apreciarla si desconocen por completo, por no tener que lidiar a diario con ello, el coste de las cosas y el valor que las personas le conceden?......

Los artistas de los que hablamos son Reyes, pues reinan sobre una muchedumbre entregada a su arte como los niños al flautista de Hamelin. Emiten también su canto de sirena que atrae a despistados marineros que navegan por el mar de la existencia, a pobres necios adolescentes que aspiran a ser como ellos, y fracasan estrepitosamente en el intento y de paso en la vida, pues solo son capaces de copiar sus vicios, o, en el mejor de los casos, no ven recompensadas por igual sus virtudes.

La mayoría de la gente recompensa a estos groseros embaucadores con su aprobación, y envidia secretamente su "éxito". No se percatan de las miserias que hay entre bastidores. Solo ven y oyen las luces multicolores y los sonidos excitantes del escenario, e imaginan fiestas sin fin en las que nunca se acaban la diversión ni la ilusión.

Podrán dar todos los conciertos que quieran, y proclamar a voz en grito que creen en la paz, la solidaridad, la justicia,...etc etc. Pero mientras no sean capaces de predicar con el ejemplo y trabajar, que es lo único que crea riqueza (para dar y tomar), serán los principales responsables de los males del mundo.

La cuestión es: ¿De quienes hablo?.....supongo que de nadie, pues de nadie se trata.

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