martes, julio 19, 2005

Transiciones y Revoluciones

Nací una semana después del golpe de Chile. Aquel levantamiento militar puso freno al avance del comunismo en América Latina, y gracias a él no hubo Castro en los Andes. Aunque esto no significa que debamos alegrarnos de la muerte de Víctor Jara.

Poco tiempo después Carrero Blanco volaba por los aires, propulsado fatalmente por una bomba de unos “liberadores” liberticidas, y se esfumaba la sucesión del Caudillo. Comenzaba un lento pero inexorable proceso hacia la democracia en España.

Durante nuestra transición, hábilmente conducida por hombres como Torcuato Fernández de Miranda, el peligro comunista fue postergado y, al final, democráticamente eliminado. El lobo Carrillo se había disfrazado de abuela de Caperucita. Pero, ¡ay!, todos sabemos que Caperucita era ROJA.....como la sangre de los asesinados en Paracuellos.

Mientras nuestra suave evolución tenía lugar, con un equilibrio puntuado por algún acontecimiento violento, en el mundo se producía una de mucho mayor envergadura, que supondría el nacimiento de nuestra realidad actual.

Un cambio de manos en el liderazgo del partido Conservador británico iba a tener una importancia extraordinaria en esta transición silenciosa y trascendente. El fallecido este Domingo pasado, Edward Heath, hasta entonces líder del partido, cedía su puesto a la que había sido Secretaria de Estado para Educación y Ciencia en su gobierno de principios de los 70, Margaret Thatcher.

La derecha varió a partir de entonces, gracias a esta mujer y a un hombre al otro lado del Atlántico llamado Ronald Reagan, su concepción del orden de un modo definitivo.

La imposición desde arriba iba a ser sustituida por la aceptación del orden espontáneo venida desde abajo. E iba a aplicarse por fin, en cierto grado, en el siglo XX, la verdadera política social: el liberalismo.

El viejo corporativismo y el Estado Social empezarían a abandonarse.

Pero para ello habría que esperar hasta que Thatcher, apodada por los rusos “la dama de hierro” por su “odio zoológico hacia el comunismo”, llegase al poder, en Mayo del 1979.

Poco antes, en febrero del mismo año 79, se produciría otro acontecimiento de gran importancia en la antigua Persia. El Sha fue derrocado por el islamismo radical de Jomeini. Con ello se pasó del socialismo real del monarca absoluto al islamismo totalitario de Estado teocrático. Y Michel Foucault, en representación de la intelecnulidad posmoderna, aplaudió con las orejas.

A partir de estos dos acontecimientos sociales –uno democrático y pacífico y el otro totalitario y revolucionario- el mundo giró y giró velozmente hacia el fin de la historia de Fukuyama, para ir a "chocar", inesperadamente, con el choque de civilizaciones de Huntington, que ha demolido elevados edificios y llenado de sangre y vísceras humildes metros y trenes de cercanías.

Y ahora uno se pregunta, ¿Quo Vadis, Homo?.

Seguiremos informando....si nadie lo impide.

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