El Presidente de Pakistán dice que los terroristas de Londres "no son humanos". Esta es una reacción lógica muy ilógica. Responde muy lógicamente a la necesidad de descalificar sin paliativos a los monstruos asesinos, pero no describe nada de forma lógica. Pues ¿Que son si no humanos los autores de la matanza?.... ¿son extraterrestres procedentes de Raticulín? ¿simios parcialmente afeitados? ¿autómatas antropomorfos? ¿demonios encarnados? ¿acaso divinos?....no, yo diría, tomando la frase de Nietzsche, que son no solo humanos, sino "demasiado humanos". Lo cual, si bien no les iguala a nosotros, que en humanidad ni les vamos a la zaga ni les superamos, si debería hacernos reflexionar sobre las diversas formas que toma nuestra naturaleza, y el fundamento común que las hace posibles.
A unas razones se pueden oponer otras, pero a la sinrazón solo cabe oponerle la razón. Razón como categoría, razón como instrumento de vida y acción. No se puede responder a la irracionalidad ajena con más irracionalidad, sea del tipo que sea.
Se deben aplicar el método y el discurso, el "discurso del método", el espíritu (cuyos ejes cartesianos sirvan de referencia ineludible para nuestras sociedades) que Blair y Bush encarnan a diario, que no es otro que el de la intolerancia contra la intolerancia, y el de la beligerancia de la democracia liberal frente a otras ideas, espurias todas ellas, erróneas todas ellas, totalitarias todas ellas, de democracia.
La tolerancia, igual que la democracia, llevada a su extremo conduce a la esclavitud.
¿Que hay más tolerante que un esclavo obediente y sumiso, al menos en lo que se refiere a las veleidades caprichosas de su amo?.....¿que hay más democrático que hacer siempre lo que el pueblo diga, esto es, lo que una mayoría desbocada diga? ¿Y no ocurre acaso casi siempre que lo denominado mayoría no es más que una minoría que se erige en representación de muchos a base de engaños y promesas imposibles de cumplir, aprovechando su ignorancia?....¿debemos aceptar la tiranía de una hidra de mil cabezas, que subyuga a los diferentes, tantas veces los mejores, guiada por un único cerebro planificador?....
Para impedir los excesos de la tolerancia y la democracia tenemos la moral y el Estado de Derecho, productos ambos de larga evolución cultural y política.
Ultratolerancia es, indefectiblemente, relativismo moral, Ultrademocracia arbitrariedad. Y relativismo moral y arbitrariedad se dan la mano en el socialismo real, que es lo que, bajo distintas denominaciones y formas exteriores, nos ofertan, con una publicidad y propaganda explosivas y sangrientas, a la par que falaces y absurdas, los monstruos inhumanos de nuestro tiempo, que son, para vergüenza de la especie, demasiado humanos.
Moratinos, repite las palabras de Blair como un loro, esto es, sin entender el significado de lo que dice: "No van a cambiar nuestros principios...bla bla bla". Se trata de un espíritu que, puesto en circulación en "círculos" demagógicos se torna mantra, eterno retorno de fórmulas vaciadas ya de su contenido. Repite el Ministro de Exteriores como repite el cuarto o quinto del juego de las escuchitas algo que nada tiene que ver, en su significado, aunque conserve algo del significante, con lo dicho originalmente. En dicho juego se ponen varios niños en círculo y uno dice al oído del que tiene a su lado una frase, por ejemplo: "El jamón de Jabugo es muy bueno y se come en mi casa", que este trasmite al siguiente y así hasta que la frase finalmente retorna a su origen completamente transformada: "En Jabugo comen el jamón bueno en su casa".
Esta clase de tergiversaciones, deliberadas o no, suelen darse a menudo. En el caso de Moratinos quizá pueda atribuirse a la memez que le es inherente, o, mejor dicho, que le es consustancial. Y esto es muy humano. Igual que humana es la perversidad falseadora del propagandista, del Goebbels, del Munzenberg.
Rubalcaba es humanamente humano, pues, y tiene la desfachatez de acusar a los demás de "caras". Esto no se debe a que crea, como "buen ladrón" (discúlpese la contradicción en los términos, que acompañó a Jesús en el Calvario), "que todos son de su condición". Antes bien es plenamente consciente de que el diputado del PP se encontraba verdaderamente afectado por la tragedia. Pero para Rubalcaba la cosa era una comedia. Le entró la vena Aristofanea y se la opuso al apasionamiento Sofocleo de su adversario político, plenamente consciente de que aquello, en ese instante y en ese asunto, no era Teatro, ni estaba protagonizado por actores con máscaras de carne.
Y además había 11 muertos sobre la mesa, número simbólico en estos tiempos. Aunque en el 11-M hubo muchos más y eso no le impidió usarlo políticamente para mentir sobre mentiras ajenas igual que ahora le echa cara, derrocha rostro, para atribuir cara a los demás.
Aún recuerdo el demoledor discurso de Rubalcaba sobre liberalismo y Estado de derecho cuando Ibarretxe llevó su Plan al Parlamento, con su permiso. Al menos era demoledora la parte en la que yo le escuché, pues el discurso fue largo y yo vi apenas unos minutos. Desde luego si Rubalcaba creyese en la mitad, ¡que digo!, en el cuarto de la mitad de lo que dijo entonces, tendríamos un Rubalcaba liberal, y no un liberticida. Pero es inútil soñar al respecto. Su peculiar visión del pragmatismo está reñida con la moral y con el Estado de Derecho. Y es enemigo natural de quien vea en moral y Estado de Derecho fines, y no medios, instrumentos, piezas de ajedrez en una partida jugada por los más ilegítimos intereses.
¡Que arda Guadalajara!, ¡Que Madrid y Londres sean un espectáculo de muerte y destrucción!....mientras esto nos beneficie de alguna forma será bienvenido....y, si no hay beneficio, ya nos encargaremos de buscarlo, de crearlo. Por ejemplo diciendo que "España no se merece un gobierno que mienta", repitiendo discursos brillantes made in UK, o llamando cara a un afectado por una tragedia, despertando su ira para mejor hacerse la víctima y presumir de razón.
2 comentarios:
Centrándome en el vicio de deshumanizar a los delincuentes, cuanto más grande es el delito más se busca una razón, o una enfermedad mental, o una deshumanización... En el fondo subyace la idea de considerar a la persona -delincuente- de manera separada del delito y, por supuesto, de las consecuencias. En este caso cabe defender una lasitud de las penas, o una destipifación de delitos... Ahora bien, todo cambia cuando la víctima es próxima, el mejor ejemplo es Múgica -actual defensor del pueblo- que, tras el asesinato (si fuera otro diría "muerte") de su hermano dijo: "Ni perdono ni olvido".
En fin, que es muy bonito imaginar que son enfermos, o que viven en un mar de injusticia, o que no son seres humanos... Pero sí son seres humanos, y si están enfermos es para lo que les interesa -reducción de condena-, en fin que es algo que me llama poderosamente la atención: Esa identidad entre Islám y Sozialismo para buscar "razones", o "deshumanizar", al criminal con la intención clara y manifiesta de evitar el castigo, de acabar con la Justicia.
Confío en que el gobierno de Blair haga lo que es Justo, a diferencia de lo que ha hecho zETAp tras el 11M.
Lo que sucede con más frecuencia es que se humaniza tanto al delincuente que se diluye toda la responsabilidad en el “caldo de cultivo”, en el que se supone este se ahoga.
Quiero decir: que los motivos y los sentimientos que impulsan a los maleantes son tan puestos de relieve, tan ensalzados, que parece como una consecuencia natural, inevitable, que delincan, y que dañen gravemente a terceros de resultas de ello.
Quieren hacernos creer que el asesino mata porque está jodido, y está jodido porque el malo es otro.
Leí en el fin de semana que en una encuesta hecha por el Daily Telegraph en Reino Unido a la población musulmana residente allí, el 25 % de los encuestados respondía que comprendía los motivos y sentimientos que impulsaron a los terroristas de Londres, y un 22% contestaba que consideraba la sociedad occidental que les acogía como decadente e inmoral.
Los porcentajes, aún elevados, no son, seguramente, todo lo elevados que podrían ser si todos los musulmanes se sincerasen.
La cosa es grave.
Pero a algunos les parece tan leve como los principios y los valores en los que no creen.
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