Señores de la izquierda internacional, Komintern de la abyecta claudicación:
Podrán ustedes acusar a los Estado Unidos de Norteamérica y a Israel, o al capitalismo, de ser los causantes de todos los males del mundo.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes considerar que existen mares de injusticia universales, eterno caldo de cultivo de justas reivindicaciones y justicieros que las representan.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes promover Sacras Alianzas de Civilizaciones, foros de multicultural entendimiento y acercamiento.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes calificar de racistas, xenófobos, fascistas o etnocentristas a quienes no aprueban, o incluso censuran, determinados comportamientos dentro de la sociedad en la que viven por estimarlos incívicos y contrarios a la concordia y a la armonía sociales.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes decir que es preciso distinguir entre islamistas buenos y malos, entre musulmanes moderados y radicales, insistirnos en que no se puede meter a todos en el mismo saco.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes temer los fantasmagóricos peligros de una mayor seguridad para las libertades civiles.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes hacer loas a la tolerancia y a la convivencia entre diversas culturas, poniendo ejemplos de sus magros éxitos y ocultando o execrando sus diarios fracasos.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes indagar las causas últimas del terrorismo, hasta la disección del espíritu mismo que lo alienta.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes ocultarse hipócritamente tras el Estado de Derecho, que dicen defender, y afirmar categóricamente que todo el peso de la ley caerá sobre los terroristas.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes declarase defensores a ultranza del parlamentarismo, la democracia, los derechos humanos, el diálogo, el talante y la razón.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes obsequiar a los musulmanes con el más exquisito trato, tanto a sus personas como a sus países y a su religión, equiparando esta última con las demás en el marco de un Estado laico religiosamente aséptico.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes pensar que las diversas culturas son equivalentes, igual de buenas e igual de malas, simples manifestaciones de una diversidad humana superficial que no implica ni mejores ni peores comportamientos adaptativos a la realidad y a la necesidad.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes afirmar que el terrorismo no es un fenómeno exclusivo del fundamentalismo islámico, y que es una forma de lucha armada que adoptan aquellos cuya debilidad les impide afrontar una guerra convencional.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes remontar su análisis en la historia hasta llegar a la guerra fría, que armó a muchos fundamentalistas, o aún más, al colonialismo europeo, que “explotó” a los pueblos de oriente y del sur.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes cobijarse en la ONU y en su dudosa legalidad, dictada por todos, siendo todos cualquier soberanía nacional.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Podrán ustedes creer que si ceden a las supuestas pretensiones de los terroristas cesarán estos en sus ataques indiscriminados.
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Etc etc....
Pero el Islam no va a dejar de poner bombas.
Ah, y ETA tampoco.
6 comentarios:
Para quitarse el sombrero. Buenísimo. Es verdad lo que dices. Pasarán muchos años para que la gran masa de la izquierda reconozca su error, como con el tema del comunismo. Las teorías zapateriles sobre las bondades de las civilizaciones son agañazas para despistados y desinformados.
Gracias Smith.
Por desgracia unas mentiras son reemplazadas por otras.....
La izquierda no ha reconocido ningún error sobre el comunismo, a lo más que ha llegado es a decir que abandonan los postulados, o a epxresar cosas como esta de Chomsky:
"Entre lo que se llama izquierda se incluye el leninismo, al que considero ultraderecha en muchos aspectos... el leninismo no tiene nada que ver con los valores de la izquierda – de hecho, es algo radicalmente opuesto a los mismos".
Una actitud execrable y repugnante que permite justificar los asesinatos del pasado y perpetuar el totalitarismo y la estupidez en el presente.
Chomsky es, en mi humilde parecer, un claro ejemplo de lo que los neurocientíficos denominan Savant. Un sabio idiota. Una mente privilegiada para algunas cosas que funciona pésimamente para casi todas. Pero da el pego.
Muchos quieren trasladar la autoridad que tiene como lingüista a las apreciaciones políticas que esputa, pueriles y falaces.
Yo intenté leer su "Hegemonía o Supervivencia". Tuve que dejarlo. Un libro escrito por un imbécil de elevada talla intelectual.
Yo he leído artículos de Chomsky y pasé de la risa, pensé que no era posible, a la ira, porque lo que hace este hombre es muy peligroso.
No ya por él mismo, que al fin y al cabo es uno solo, sino por la legión de seguidores que, cual Chomsky el Bautista, convierten sus exabruptos en verdades universales.
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