Los Rolling Stones vuelven a la carga, con nuevo disco y nueva gira mundial. Del primero se dice que es una vuelta a sus orígenes, Rock and Roll en estado puro. La segunda es un espectáculo garantizado de luz, color, aspavientos histriónicos y sonidos contundentes.
Ya pocos grupos pueden dar macroconciertos. La oferta musical es enorme e internet convierte la música en un bien libre (entiéndase correctamente la expresión, cogida de la jerga económica: bien libre es aquel por el que no hay que pagar para su disfrute). Todo ello conduce a una situación de mercado peculiar.
Convertirse en multimillonario componiendo e interpretando canciones nunca fue sencillo, pero ahora se está volviendo imposible.
Pero ahí tenemos a los cantos rodados rodando de nuevo. Tienen suficiente acumulado, y derechos de por vida sobre canciones que forman ya parte del alma colectiva. Sus melodías están en nuestras mentes y ninguna lobotomía cultural podría extirparlas de allí. Son –utilicemos una expresión muy manida- parte de la banda sonora de nuestra vida.
Podríamos calificar a este grupo nacido en los 60 como mito, y además mito viviente.
Cuando uno ve a Keith Richards, cigarro en boca, tocando sus riffs de guitarra sobre el escenario, cree ver la momia de Ramsés II convertida en marioneta, y movida por hilos invisibles.
Pienso, también, en ese anuncio de Audi (o Volkswagen, no recuerdo bien) en el que un tipo ya maduro, bien vestido y con un coche estupendo se prepara con una sesión de maquillaje y cambio de indumentaria para metamorforsearse en un repulsivo punk chillón que canta en un grupo canciones antisistema.
Algunos me dicen que los Rolling son eso, pero yo no estoy muy seguro. No conozco bien su trayectoria ideológica (bastante tengo con la musical), pero me da la sensación de que han sido más bien capitalistas que han comprendido cual era el reclamo de su tiempo y lugar y han decidido aplicar la fórmula que ahora dos autores canadienses denuncian en un libro del mismo título: “Rebelarse Vende”.
Estos “muchachos” se comportan como jóvenes gamberros, pero son sexagenarios multimillonarios. Si alguna vez se les pudo considerar jóvenes gamberros, Street Fighting Men, por ejemplo cuando meaban en la calle y se zarandeaban con chicas elegidas a la carta, fue porque se lo podían permitir. Cualquier otro habría sufrido una suerte peor. Otro Keith Richards habría muerto de fatal sobredosis, y seguramente en la miseria. Pero nuestro Keith tuvo suerte….y una innegable habilidad para tocar la guitarra y adaptarse biológicamente a una cultura que él ayudó a conformar.
Hoy sus giras nos sugieren un geriátrico ambulante. No, no son tan viejos. Son viejos para eso que pretenden representar: un espíritu rebelde, lleno de energía y vacíos pero aparentemente nobles ideales…un espíritu, en definitiva, demasiado joven.
"Nunca se es muy joven ni muy viejo para la filosofía", nos dijo Epicuro. Algunos creen que con el rock pasa igual.
Según nos dicen estuvieron los Stones dudando si incluir la canción “Sweet Neocon” en su último álbum. Pero la duda era parte de la promoción, y la canción su buque insignia para lanzarse a las procelosas aguas del mercado mundial, a los 60 y pico.
He aquí la joya de la corona de sus satánica majestades:
“You call yourself a Christian
I think that you're a hypocrite
You say you are a patriot
I think that you're a crock of shit
And listen now,
the gasoline I drink it every day
But it's getting very pricey
And who is going to pay
How come you're so wrong
My sweet neo con.... Yeah
It's liberty for all
'Cause democracy's our style
Unless you are against us
Then it's prison without trial
But one thing that is certain
Life is good at Haliburton
If you're really so astute
You should invest at Brown & Root.... Yeah
How come you're so wrong
My sweet neo con
If you turn out right
I'll eat my hat tonight
Yeah, yeah, yeah, yeah....
It's getting very scary
Yes, I'm frightened out of my wits
There's bombers in my bedroom
Yeah and it's giving me the shits
We must have lots more bases
To protect us from our foes
Who needs these foolish friendships
We're going it alone
How come you're so wrong
My sweet neo con
Where's the money gone
In the Pentagon
Yeah ha ha ha
Yeah, well, well
Yeah, yeah, yeah, yeah, yeah
Yeah, yeah, yeah, yeah, yeah... Neo con”.
Quizá a una canción de Rock no se le pueda pedir que sea una exposición de razones ordenada y profunda. La música misma apela al sentimiento, y el ritmo a cierta rebeldía inherente a una sensación de libertad adolescente (esa que se quiere apropiar la ideología de izquierdas).
Pero esta canción es solamente un conjunto de improperios inelegantes y mentiras encubiertas por evidencias parciales.
A Sócrates y a Séneca les hicieron tomar el veneno en la senectud para impedir que corrompieran a la juventud o para castigar una traición al poder. Pero los Rolling seguirán tocando, llenando estadios de chavales y metiéndose con el poder aún cuando haga lo correcto, quien sabe, quizá hasta la vetusta edad a la que su ídolo John Lee Hooker colgó la guitarra y silenció su voz.
Mala hierba nunca muere.....después de todo pactaron con el diablo, y lo celebraron con una canción de homenaje.
1 comentario:
Hay que tener presente que la crítica a Bush no comporta un peligro de muerte. Piensa por ejemplo en el autor de los Versos Satánicos o en cierto cinesta holandés. Los Rolling quieren llegar a los noventa y tantos como J.L.Hooker tocando sus cancioncillas marchosas.
Creo que los Rolling han hecho más por incitar a la autodestrucción a muchos jóvenes que por abrir sus mentes, Mary Jane.
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