Hoy en día todo el mundo atribuye el invento a ZP. Pero lo cierto es que la cosa fue inventada por un hombre del principal partido de la oposición. Era un joven ambicioso y de verbo grácil, una persona que parecía capaz de solventar todos los asuntos a partir de un profundo conocimiento jurídico y una especial disposición y habilidad para alcanzar compromisos. A mi, que era inexperto e ignorante en cosas políticas, me parecía un tipo estupendo, sabio y bueno, capaz de lograr maravillas a partir precisamente de ese talante que derrochaba.
Ese hombre decía que iba a escuchar a la oposición, a reunirse con ella periódicamente de diversas formas parlamentarias y extraparlamentarias para alcanzar consensos y unanimidades, y ello pese a tener la mayoría absoluta, pues su intención era escuchar todas las voces y alcanzar acuerdos de amplia base.
Gobernó la Comunidad de Madrid varios años, se hizo amigo de su antecesor socialista, y ahora está en el Ayuntamiento de la capital, y va de un lado para otro de la mano de su actual oposición, a la que parece tener un gran cariño.
Se podría decir de él que representa fielmente esa idea errónea de liberalismo, consistente en saber y querer prestar oídos a todos y asumir puntos de vista diferentes e incluso divergentes sobre cualquier asunto político.
Hoy está cansado, asqueado, decepcionado. Su empuje arrollador ha sido frenado por sucesivos pases de muleta de los que a fuerza de ser sus compañeros de partido se han convertido en sus contrarios. ¿Cómo es que él, tan válido y talentudo, ha sufrido ese ostracismo silencioso, ese destierro interno, que le ha impedido alcanzar las altas cotas que tenía programadas, casi predestinadas?. Nadie lo sabe.
Ahora aplica una política de impuestos, gastos y endeudamiento más bien alegre, por eso de que está triste. Aunque esa ha sido en el fondo, de siempre, su tendencia y su predilección.
Los socialistas, con ese discurso ambiguo en ocasiones y abiertamente contradictorio en otras, le acusan de no ser austero, de despilfarrar y deber. ¿Cómo es posible, después de tantos arrumacos que les ha hecho, que le correspondan así?....¿Pero no eran ellos los amantes del gasto público?....¿No lo son ahora a escala nacional?....
Nuestro héroe incomprendido se preocupa, y se pregunta hasta cuando estará encerrado en ese dantesco infierno de poder parcial y local. ¿Será ese, después de tantos afanes, su sino?....
Alguien que le conoce me dijo que hace muchos años cenaba con él y le parecía un hombre de excepcionales aptitudes y noble carácter. Pero las últimas cenas en las que compartieron mesa, más recientemente, lo encontró distante y prepotente.
Su antigua locuacidad dorada se ve ahora sustituida en más de una ocasión por un laconismo torpe, y sus esfuerzos por parecer el que era le dan un aire antinatural y efectista, que nada tiene que ver con su antigua soltura, plena de agilidad.
En demasiadas ocasiones ha querido ascender maquiavélicamente, y siempre ha sido ángel caído. La estatua del Retiro es también un homenaje a sus ímprobos esfuerzos por alcanzar la cumbre.
¿Llegará algún día, nuestro hombre, a lugar que él siempre creyó que le corresponde?.....
Quizá, aunque si esto ocurre será a costa de lo que su partido debiera representar, o contra él.
1 comentario:
Lo del talante es todo un camelo como la copa de un pino.
http://www.redliberal.com/cgi-bin/mt-search.cgi?IncludeBlogs=11&search=talante
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