viernes, junio 24, 2005

Liberalismo Ambiguo

Una de las consecuencias del NO francés a la Constitución Europea ha sido que Blair ataque sin rubor y desde una posición de fuerza (aumentada si cabe por la Presidencia de UK en la UE) al despilfarro intervencionista de la PAC (Política Agraria Común), cuyos principales beneficiarios son, paradójicamente, los franceses. No veo forma mejor de tirar piedras contra el propio tejado que la de haber tirado una papeleta con un NO escrito en ella en la urna del Referéndum francés.

Es paradójico no solo este afán de los franceses por negar la Constitución, que protegía sus abusos agrarios, sino también que en Francia, un Gobierno teóricamente liberal practique el socialismo y en Reino Unido se de el fenómeno contrario.

No es Blair un ejemplo de ultraliberal. Tiene ademanes socialistas, como desde luego era de esperar de un Primer Ministro laborista, pero está en la llamada tercera vía, que Mises consideró imposible, y que ZP no aceptó, al no acudir a la reunión internacional, liderada por Clinton, en la que se convertía en credo de la izquierda moderna.

Se da en Blair, igual que en Chirac, el mimetismo camaleónico del político profesional, que hace que este se adapte al ambiente político en el que medra. Sin dicha adaptación, de hecho, no podría medrar. Francia todavía no se ha exorcizado de su Revolución, y Gran Bretaña sigue siendo la cuna del liberalismo, gobierne quien gobierne.

Un francés de otro tiempo, cuyas ideas aún viven entre nosotros, decía que las leyes de una nación debían adaptarse al espíritu de esta. Y para ello empiezan los políticos democráticos por tratar de responder al espíritu de su tiempo y lugar, encerrados en un eterno ciclo electoral.

Pero el lugar, en una economía y sociedad globalizadas, es cada vez más todo el mundo, y el tiempo, nuestro tiempo, pide libertad.

Blair propone un recorte en la PAC. ¿Por qué habríamos de pagar subvenciones a los agricultores, especialmente a los franceses, para mantener los precios artificialmente inflados, pudiendo importar del Tercer Mundo a bajo coste?.

Si se redujeran o eliminaran subvenciones a los productos agrarios caseros y aranceles a los productos agrarios del Tercer Mundo, estos últimos podrían comerciar con nosotros y prosperarían (ver escrito sobre la Globofobia).

Blair hizo hace no mucho tiempo una propuesta para África no muy liberal. Xavier Sala-I-Martín -liberal y muy entendido de lo que sucede en África- escribió para la Vanguardia dos interesantes artículos al respecto (1 y 2).

Ahora el Primer Ministro inglés apuesta por reducir el peso del Estado de estados de la UE, y lo hace declarándose euroentusiasta. Sin embargo no puede dejar de compartir el tradicional euroescepticismo británico. Está en el espíritu de la isla. Y por ello propone poner a dieta a Europa, para impedir que se convierta en una obesa mórbida de la economía estatal del bienestar.

En estos tiempos que corren veloces hacia la libertad, y en este lugar deslocalizado que es el mundo de hoy, hay que ser flexibles, hábiles y dinámicos. Y dejar que los demás lo sean.
Blair apuesta en Europa por lo más sensato, pero proyecta en África sus delirios socialistas.

No hay comentarios: